Polen el mejor natural tónico

Un concentrado complemento de vitaminas y minerales

El  polen contiene vitaminas A, D, E, B1, C, K, colina y rutina, así como otras que no se han identificado todavía. también una completa lista de minerales y oligoelementos: sodio, potasio, magnesio, calcio, aluminio, hierro, cobre, cinc, manganeso, plomo, sílice, fósforo, cloro y azufre.
Por otro lado una variada lista de enzimas, que forman las proteínas, el material básico de todas las células, que regulan y activan los procesos vitales del organismo, están presentes en esta joya de la naturaleza: diastasa, amilasa, catalasa, diaforasa, dihidrogenasa láctica, pectasa, fosfatasa y sacarosa entre otras.
La combinación de todos ellos juntos, que no se encuentra en ningún otro alimento natural o suplemento preparado, hacen de él una fórmula óptima para reconstruir toda clase de tejidos, debido a su alto valor nutritivo.

 

El polen es mucho más que un reconstituyente

El polen está compuesto de unos glucósidos que apenas necesitan digestión, sino que pasan directamente del estómago a la corriente sanguínea, mediante el fenómeno de la persorción: se puede observar su presencia en la sangre y en la orina solamente dos horas después de ingerirlo.
Pues además de nutrir y aumentar la actividad enzimática, esencial para el buen funcionamiento del metabolismo, equilibra el ph de la sangre y aumenta la hemoglobina, por lo que es un buen regenerador sanguíneo.
El conjunto de sus elementos interfiere y facilita procesos fisiológicos relacionados con una acción antimicrobiana: contra las bacterias, levaduras y hongos. Resultando ser un preventivo adecuado contra numerosas infecciones.

 

¿Para qué casos está indicado?

El Polen es un buen ayudante para el hígado: sus glucósidos predigeridos aumentan y facilitan la formación del glucógeno que se almacena especialmente en este órgano, de ahí su ayuda para  cansancio o la anemia.
Está indicado para recuperar fuerzas después de estados convalecientes, en casos de fatiga o cansancio crónicos o semicrónicos, astenias primaverales u otoñales, debilitamientos en general, apatías y anemias, ya que aumenta la producción de hemoglobina, en pocas palabras, renueva la sangre.
Tomado con regularidad, es un complemento excelente  para casos de depresión y ansiedad, irritabilidad y neurastenia.  Aporta energía rápidamente, y es un regenerador de primera calidad.
Da buenos resultados en problemas de la menstruación o trastornos de la menopausia asociados a inflamaciones de estos tejidos, así como de la próstata o incluso de las vías respiratorias. Aquí incluiríamos al cerebro, y con él, un aumento de la concentración y la memoria y la motivación en general, siendo especialmente apropiado para los ancianos.

 

¿Cuándo conviene realizar la cura?

Es bueno hacerlo una o dos veces al año.
Para preparar las defensas, basta con seis semanas durante la primavera o el otoño.

Algunos naturópatas proponen hacerlas antes de las estaciones del polen, esto es primavera y otoño, o bien recién empezadas (por cierto, se ha comprobado que también puede actuar a modo de “vacuna” o antídoto para las alergias al polen) de cara a prepararse para estas estaciones que suelen afectar más a las personas sensibles.
Pero cualquier momento es bueno para hacer un refuerzo nutricional, se recomienda especialmente, estando en condiciones normales de salud, realizarlo en épocas de cambio de estación, preparando así al cuerpo para hacer frente a las nuevas solicitudes que el organismo requiere responder ante los cambios de clima.

La cura necesita al menos un mínimo de tres semanas, aunque lo más eficaz sería entre seis y diez.
En caso de enfermedades crónicas cualquier momento es bueno, aunque parece que es  mejor aprovechar los meses de adaptación al nuevo clima, pero entonces el tratamiento debe durar al menos tres meses para percibir un cambio notable.

 

Cómo tomar el polen de abeja

Se recomienda tomarlo fuera de las comidas y especialmente en ayunas, para obtener un eficaz y rápido reparto de nutrientes.
Como es rico en hidratos de carbono, es preferible tomarlo por las mañanas, para que tengamos todo el día para “quemar” la energía que nos proporciona.

Las tomas pueden ir desde media cucharadita para los niños, a partir del año, hasta tres completas para adultos durante el día, mejor fuera de las comidas, solas o bien ingeridas con alimentos que también contengan enzimas y nutrientes vivos, como yogurt o zumo de frutas recién exprimidos.

 

¿Pueden tomarlo los diabéticos?

Los diabéticos de tipo uno y dos se beneficiarán de la vitaminas que contiene porque repara los tejidos de las heridas a las que son propensos y evita infecciones, se refuerza la inmunidad con los antioxidantes, y su complejo vitamínico del grupo B les ayudará a recuperar la energía.
Si toleran la fructosa, también toleraran sus glucósidos, además su impacto es mucho menor porque están mezclados con muchos otros componentes. A la larga, sustituyendo una parte del consumo de fructosa permitido para cada caso, ayuda a regular la glucosa.